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Mostrando entradas de 2017

Hay años que hacen preguntas, otros que dan respuestas

“No todo es ya ni ahora, la vida toma su tiempo. Hay años que hacen preguntas, otros que dan respuestas”, leí por ahí una vez, y así comienzo la descripción de una arquitectura que tiene más de 260 años en un pueblito sencillo, blanco, de clima frío pero de corazón cálido. Hace algún tiempo, antes de que conociera Taxco, me compartieron un video en el que la expositora que participaba en un TedX decía : “Ya nadie se preocupa en construir iglesias, en hacer un templo que tarde años”. Suelo relacionar los lugares con recuerdos, personas y olores. Al llegar al Templo de Santa Prisca,  este recuerdo salió en automático. Empezando porque al verlo por fuera es imponente, alto, sin mucho color, pero con una arquitectura cargada de detalles. Al entrar, sentí un escalofrío, como si fuera a otra dimensión donde lo espiritual domina lo físico, adentro sí todo lo que brilla es oro. Cada pared, cada esquina, cada rincón tiene un baño de oro, producto de siete años de construcción. Lejos

De la sencillez

"A veces prefiero hablar con obreros y albañiles que con esa gente estúpida que se hace llamar gente culta" Perdón, perdón, perdón! Esta Frida Kahlo que es una mala influencia para mi vida. Recuerdo esa frase de ella y me remonta a este momento. El señor a mi derecha en la fotografía es el jardinero de la iglesia Santa María de Tonantzintla, ubicada en Cholula, Puebla, en su interior se encuentra decorada con puros angelitos y muchísimas frutas. Cholula se caracteriza por ser un lugar donde existen más de 365 iglesias, casi que una competencia, una en cada esquina. Llegan tantas flores al lugar que al cambiarlas optan por regalarlas a los visitantes. Cuando me di cuenta por supuesto que fui por las mías, y al encontrar a este señor le pedí que eligiera las que para él fueran las más lindas y me las regalara. Así fue, buscando entre todas las que habían y me las regaló. No venían solas las flores, venía con una sonrisa de esas sencillas y sinceras que le da un desconocido,

Escribimos para no olvidar

Al comenzar a escribir esta entrada no tenía muy claro sobre qué sería, tenía un par de meses de que en la cabeza me rodaba una frase de Lorenzo Silva: "E scribimos en cierta manera para no olvidar. Escribimos para que quede una huella de lo que hemos vivido, hemos visto o hemos soñado". Y creo que detrás de eso hay tanta verdad que no la puedo dejar pasar, y que me hizo encontrar el match perfecto para recordar y no olvidar el juego de la pelota en Teotihuacan.  El juego de la pelota es una ceremonia donde se demostraba la valentía en medio de una expresión espiritual, física y religiosa en un campo de juego que se llama tlachtli, donde los guerreros intentan pasar una pelota de caucho envuelta en fuego golpeándola con su cuerpo por un aro de piedra, si la pelota deja de rodar, el mundo se detiene, ahí está la vida, la muerte, el día, la noche, la cobardía y el valor. Uno se la pasa super emocionada, es como mágico estar viendo que de verdad está pasando, se forman los ban

Del ombligo

A veces es necesario soltar la manivela. Claro, es algo fácil de decir, pues cuando perdemos el control de las cosas podemos sentir que es lo peor, y parece que solo con el tiempo comprendemos el por qué de lo sucedido, o a lo mejor, el para qué sucedió en nuestras vidas, terminamos acostumbrándonos a esto, y en ocasiones renegando eternamente los "hubiera". Esto es solo una metáfora para comprender el ritual de los Voladores de Papantla. Cinco hombres suben a un tronco de una altura de 25 metros aproximadamente, realizan una danza saludando a los cuatro puntos cardinales, y luego cuatro de ellos se sueltan con un arnés hasta dar 52 vueltas que significan los años del ciclo solar, el ritual se hace para invocar la fertilidad, la lluvia, la providencia y fue declarado Patrimonio  Cultural Intangible de la Humanidad por la UNESCO, un ritual que representa un ciclo perfecto.  Es impresionante ver cómo estos hombres se lanzan pendiendo de una atadura, dando vueltas para

Kuali kuali

En lengua Náhuatl, la palabra kuali significa "bien", "bueno", o para nosotros algo así como el "Pura vida". Desde que escuchamos esta palabra se nos pegó y es una clave para identificar a otro peregrino. El padre Ignacio Larrañaga decía que la felicidad es el reflejo del rostro, pero que la alegría sale del corazón, para mí decir "kuali kuali" es muestra de la alegría y de la libertad que hay en el mío. Puede haber días grises que reflejen menos felicidad en mi cara, pero el corazón cuando tiene alegría permanece intacto y carga la chispita de esperanza que permite continuar. Parte de la peregrinación es tener un encuentro diario con Dios, sin embargo, en esta ocasión fue diferente, pues asistimos a una ceremonia mexica con indígenas, bailamos con su música y realizamos algunas de sus costumbres, yo pegué brincos y me moví como si estuviera bailando sola en el mundo. No sé si ustedes lo han hecho, pero en mi concepción errónea de la orac

Mi voz: Mi machete

No empezaré en orden. Esta es la experiencia que me ha dejado sin voz propia y con el mayor de los temores mezclados con una dicha que es difícil describir. Empecé a leer cuando tenía once años. Un domingo de Pentecostés; hasta el día de hoy sigo haciéndolo (No pregunten la edad). Uno de los sacerdotes de mi parroquia decía: "Asústese el día que no tenga miedo de leer", y es cierto, aun con muchos años de experiencia siento mariposas cuando tomo un micrófono. El miércoles 18 de enero visitamos Santa María de Tulpetlac, en el Estado de México. El Santuario donde la Virgen de Guadalupe visita a Juan Bernardino y realiza el milagro de sanación en este hombre, tío de San Juan Diego. El lugar es referencia para pedir intercesión por los enfermos. Llevaba varias peticiones desde Costa Rica de muchas personas que en fe piden por su sanación, y con mucho cariño las llevé y las puse en oración, después de todo, para mí uno de los mayores actos de amor es pedir a Dios por al

Soy una peregrina

Esta es la mejor frase que describe unos pocos días en México. Un tiempo en el que uno va y regresa, y el corazón se le queda allá. Quizás sea muy poco, pero con seguridad puedo decir que han sido de los mejores tiempos de mi vida. Caminar por los lugares donde conocí solo me han dejado riqueza, y sí, siento que ahora tengo mucho más que antes, pero no me refiero a dinero ni cosas, sino a que mi alma está más feliz, más llena de paz, más sedienta de experiencias y más llena de gente a la que conocí, me abrió su corazón y me dejó permanecer en el tiempo, alejándome de todo lo que no importa y a lo que le he dedicado tiempo. Y porque no viajé solo con mi cuerpo, lo hice principalmente con mi espíritu.  Después de peregrinar en México la vida no es la misma, los problemas se ven diferentes, la belleza se ve más linda, y valoras más lo que tienes, lo que eres y lo que anhelas, porque no está el deseo en el corazón por casualidad, si no porque algo más grande viene de una fuerza qu